Fray Dativo Núñez Orcajo de la Sagrada Familia, fue el nombre que nuestro
fraile escogió en el momento de su profesión religiosa. Y qué bien ha sabido
mostrarnos a través de su devoción a Dios, a la Virgen María, a su Maestro Jesús,
San José, a la Orden, sus hermanos y su predilección por los más pobres y
necesitados, como se camina en familia de amor.
Es un español nacido el 2 de diciembre de 1927 en Fontioso, Provincia de
Burgos. Hijo de Celestino y Feliciana, con 18 años hizo su profesión simple en la
Provincia Santo Tomás de Villanueva, en Monachil, Granada, el 9 de octubre de
1944.
Hablaba con una admiración especial sobre su madre Feliciana, mujer de fe
y sobre su padre Celestino, que supo guiarlos también por el camino del trabajo y
la entrega. De allí que esta familia eligiera para sus hijos nombres que tienen que
ver con la vivencia de la fe y los santos: Constancio, Teódulo (quien aún vive) y
Antonino, son los nombres de sus hermanos. Vivieron tiempos difíciles de la
guerra y trabajo muy fuerte en el campo; sin duda esto forjó su carácter y sus
ideales tan firmes. Su primo, el Beato Juan Núñez Orcajo al que conoció en vida,
siempre lo llenaba de mucho orgullo.
Dativo entró al seminario a la edad de 11 años, cerca de cumplir los 12. En
todo el tiempo de formación aprendió a amar a la orden, al servicio, la vivencia de
la comunidad, la sencillez, vivencia de los votos de pobreza, castidad y
obediencia…y se forjó como el hombre, adorador de Dios que hemos conocido
hasta hoy
Su profesión solemne fue 4 años después, un 3 de diciembre de 1948.
El 29 de junio de 1950, con 22 años, el Señor Jesús lo hace pescador de hombres
con la Ordenación Sacerdotal recibida en Granada, España.
Entre 1950 y 1960 fray Dativo fue destinado a Argentina, trabajando en
Santa Fe, Hudson (Buenos Aires), Gándara y Mar de Plata. A partir de 1960, fray
Dativo estuvo a servicio de la Iglesia y de la Orden en Venezuela, inicialmente en
Caracas, después en Maracaibo y Caricuao y retornó a Caracas, donde vive hasta
hoy y es conocido y amado por una multitud.
Posteriormente se traslada a Venezuela desde finales de 1960 realizó un
intenso trabajo como fundador y párroco en “San Pío X” y Santuario “San Judas
Tadeo” de Caracas. Legó a esta zona su labor social, siempre apoyando y
acompañando a los vecinos y feligreses. “Era una persona muy amable, alegre,
y de envidiable lucidez mental y anímica”
La primera misa fue celebrada en Fray Luis de León, en la Iglesia de San
Agustín, por el Padre Provincial, con la bendición solemne de las rosas. Y allí
comienza la historia de esta Parroquia de San Pío X, Santuario San Judas Tadeo,
que nos ha dejado como una herencia llena de anécdotas, amor, devoción, fe y
mucha historia.
En la pared de nuestro templo donde están los detalles que dejan nuestros
fieles como agradecimiento a San Judas Tadeo por algún favor concedido, está
algo importante: “Hace destacar la iluminación de la fe entre los apóstoles y la
Iglesia” y nos ha dejado un mensaje especial, en sus propias palabras “para todos
los bautizados católicos, porque ser cristianos significa consagrarse a Cristo de
palabra y de obra”.
De los hechos de los apóstoles: “Los apóstoles hacían muchos prodigios en
medio del Pueblo y crecía el número de creyentes que se unían al Señor” (Hch 2,
43-44). Los que conocen de nuestra historia saben que en la capillita de San
Judas, donde ahora está un taller, no se alcanzaba a pensar que podrían entrar
todas las personas que estamos aquí hoy. Podemos decir con orgullo que “ha
crecido el número de creyentes que se unen al Señor”.
Con su ejemplo de vida y testimonio de fe, invitaba a vivir el ejemplo de
Jesús que pasó por el mundo haciendo el bien, imitándolo en el amor, la fe y la
caridad.
Se caracterizó por ser un hombre de intenso compromiso con su fe y los más
necesitados.
En octubre de 2015, durante la festividad de San Judas Tadeo mostró y
dejó fotografiar la reliquia del “Santo de los imposibles”. Se trata de un diminuto
trozo de hueso del santo que se expone en ocasiones especiales para su
veneración por los devotos. Dativo se había convertido en una especie de
“Custodio de esta milenaria reliquia”
Este pasado 19 de septiembre falleció a los 92 años, tras toda una vida de
entrega, en la Puerta de Caracas donde vivió nada menos que 63 años,como
misionero: evangelizando y sirviendo a los pobres, construyendo la Iglesia,
promoviendo la educación.
Era muy devoto de San Judas Tadeo, fomentando su devoción a San Judas
en multitud de personas. Sobre todo fue un religioso sencillo, acogedor, lleno de fe
y alegría, que dejó huella en cuanto les trataron de cerca.
Fuente:
Compilación del Departamento de Pastoral 2022